Pan de masa madre con harina integral ecológica

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Ya hemos hablado en este blog de los beneficios de comer un "pan de verdad", o sea un pan integral de masa madre, que no lleve nada más que harina, sal y agua. Aquí va una receta más fácil que la que estaba colgada hasta ahora. Las proporciones son para un kilo de pan (después del horneado). Tienes que haber "cultivado" la masa madre unos días o semanas antes. Puedes encontrar consejos aquí para empezar el proceso(clica!). Aquí haremos toda la masa madre con harina integral (el proceso es el mismo). No dudes en ir a tiendas ecológicas o tiendas especializadas en harinas para encontrar una harina integral ecológica de calidad, la de los supermercados suele ser de pésima calidad.


Ingredientes :
  • 600g de harina integral ecológica
  • 240g de masa madre
  • 360g agua a 30 grados (25 grados si hace mucho calor en tu casa)
  • 10g de sal

(Alimentar la masa madre unas 4 horas antes de empezar el pan. Tiene que estar en el punto de máxima activación de las levaduras. )

Calentar el agua a 30 grados y mezclarla con la sal en un bol grande. Añadir la masa madre y mezclar lentamente con una cuchara. Verter la harina, y empezar a amasar. La masa tiene que tener una consistencia suficientemente densa como para poder amasarla con las manos, pero suficientemente flexible para que no tengamos que hacer mucho esfuerzo para amasar. (Es probable que tengas que reducir o aumentar ligeramente la cantidad de agua en función de la calidad de tu harina, cada harina absorbe más o menos agua.)
Amasar unos 15-20 minutos en la mesa, lentamente primero, aumentando poco a poco la velocidad y la energía del amasado a medida que la masa vaya cogiendo cuerpo. Sentiremos que la masa está ya a punto cuando esté muy elástica y se despegue de la mesa sin romperse.
Dejar reposar la masa 10 minutos en el bol para que la harina acabe de absorber bien el agua. La masa se volverá también más elástica y fácil de amasar. 
Volver a poner la masa en la mesa, aplastarla ligeramente en forma de un disco grueso, e ir doblándola sobre si misma como si quisiéramos encerrar algo adentro. Ir repitiendo esta operación 3 o 4 veces para justamente encerrar el máximo aire posible, esto mejorará la fermentación y la creación de burbujas. Formar una bola bien limpia sin arrugas, y ponerla en el bol con la parte abombada arriba (o sea la parte de los lados que hemos doblado y sellado abajo).

Dejar que vaya fermentando a temperatura ambiente unas 3 horas (hasta que dobre de volúmen). La temperatura ideal del lugar de fermentación tendría que ser 25 grados. Si hace más calor, la masa necesitará menos tiempo de reposo, y si hace más fresquito la tendremos que dejar una hora más o así.

Pasado este tiempo, volcar otra vez la masa en la mesada, y volver a realizar la operación de doblar los lados hacia el centro para encerrar aire. Esta vez la haremos sólo una vez y muy brevemente para no dañar la masa y la red de gluten formada. Volver a formar una bola bonita, y dejarla reposar otra vez en el bol, sobre un trapo bien enharinado, esta vez con la parte abombada abajo (o sea con los bordes doblados y sellados puestos hacia arriba). De esta forma, en el momento de hornear, sólo tendremos que darle la vuelta al bol en la placa del horno para tener nuestro pan con el lado bonito arriba. Si tienes un bol especial para el pan (de los de ratán), mejor aún porque están hechos para favorecer que la masa coja más volúmen. Además dejan un dibujo circular hecho por la harina que se ve muy bonito al final de la cocción, como el de las fotos.

Tapar con otro trapo y dejar reposar unas dos horas más.
Calentar el horno a 250 grados. Preparar un cuenco o un molde planito con agua caliente y ponerlo abajo del horno. Este proceso nos permitirá conseguir mucho vapor al principio de la cocción, lo cual nos permitirá conseguir una costra más fina y crujiente.
Disponer el pan en la placa del horno bien cubierta de harina para que no se pegue. Para hacerlo, sólo tenemos que darle la vuelta al bol, así no tendremos que tocar la masa que estará muy blanda e hinchada, o sea difícil de manipular sin que se deforme. Cuanto más rápido lo hagamos, menos aplastaremos las burbujas de la masa, y el pan saldrá mas aereado! Hacer unos cortes con una cuchilla o un cuchillo muy bien afilado en la superficie de la masa para decorar y permitir que el pan pueda subir de forma más homogénea. Este dibujo será tu firma! 

Hornear a 250 grados los 15 primeros minutos, luego bajar a 220 los 30 a 40 minutos siguientes.
El pan está cocido cuando la costra se vea bien dorada y lo más importante de todo es que cuando le demos la vuelta, tiene que sonar hueco. Está es la señal de que está cocido.
El pan tiene que estar siempre bien cocido, y lo tenemos que dejar enfríar totalmente para evitar dolores de barriga (al enfríarse, el gas de las burbujas se irá sustituyendo por el aire ambiente). 
Sacarlo y dejarlo en una reja para que vaya circulando bien el aire al enfriarse.




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